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PUNTO EN BLANCO.MADERA NOBLE.CHANA Y JUANA.INVERSIÓN.FOBIA.REGALO.

2021-09-09 01:24:52 | El Pionero

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Un vientecito semi refrescante se sintió en los instantes anteriores a que Maru protestara como gobernadora en la Plaza de la Mexicanidad, en la entrada de México, en el último confín de la patria, según de uno venga


    

El maestro de ceremonia que animó el ambiente nos resultó medio confianzudo: a todos trató de tú, lo que relajó el acto y en vez del tradicional ceremonial aburrido y pesado fue una hora y fracción de relax, algo a lo que indudablemente contribuyó la certeza de que Corral ya se iba,  que por fin desaparecía de nuestras vidas. 

En lo que la regó fue en el uso del horripilante lenguaje inclusivo. Sólo le faltó decir chihuahuenses y chihuahuensas. 

Lo de cajón, la lista de asistencia de los diputados locales. Los 33 gritaron presente. Ya estaría que alguno hubiera empezado con falta.

Enseguida nombraron a los invitados especiales a aquel espacio restringido por el covid. Gobernadores, senadores, diputados federales, empresarios jaitones,  los colados de rigor para los que no hay cerca, así la electrifiquen.

El representante presidencial en la persona del Secretario de Agricultura saludó muy contento, no como su patrón, que se mantiene de malas. Hubo promesas firmadas en sangre de que entre el Estado y la Federación habrá diálogo y entendimiento, como en el penoso caso de Corral, que amanecía de buenas y al mediodía le subía la bilirrumina y cerraba el día rayándosela  al señor presudente nomás porque había errado un tiro en el golf.

Escuchamos el buen verbo del diputado Vázquez Robles, sin que faltara la mosca en el arroz, en este caso unos gritos destemplados que nadie entendió a la distancia de la trasmisión, pero que sonaban a porras de enviados del lépero de Loera.

Y vino el momento esperado.

Maru arribó la mar de elegante vestida de punto en blanco, de tapa boca negra y repartiendo saludos.

Ya en uso del micro y  sin el molesto y asfixiante aditamento bucal sanitario, su sonrisa esplendió y no dejaron de aplaudirle. 

Entre sonrisa y sonrisa soltó no pocos misiles: con los pelos del bigote de Corral en la mano, hizo una espeluznante disección financiera del  estado de las finanzas que le entregó el inútil que en mala hora y con tan mala leche lo precedió. No lo dijo, pero ni falta hizo: entendimos que no se llevaron el piso de madera noble del Salón Rojo nomás porque no supieron como levantarlo.

Se refirió no solo a cinco, sino a 11 años de latrocinio, sencilla frase con la que hermanó al de Miami con el de El Paso: Chana pa Juana en asuntos de uñas largas.

Citó cifras, declaró al Estado en quiebra, anunció medidas de austeridad, prometió limpiar la casa, lamentó el increíble caso de los 100 millones de pesos en medicinas echadas a perder, apuntó a Pensiones como un desastre a remediar, se comprometió a que en tres años pagaría el colosal endeudamiento en que encontró las finanzas, aseguró que le echaría los kilos a mejorar substancialmente el desgarriate de la inseguridad pública, a atraer inversión, a ponerle fin al desorden en salud.

Con agudeza y claridad dejó claro algo que todos se preguntaban si lo pasaría por alto. No lo hizo. Con lo más alto de sus decibeles signó el compromiso que, aplicando la ley no la fobia, para Duarte y compañía ni perdón ni olvido.

Finalmente y al final,además aplaudirle y desearle parabienes, regaló  un toque de fineza gramatical: habló como escribía Cervantes. Por lo oído, y qué gran promesa para el bien decir, no ha caído en la horrible moda del lenguaje llamado inclusivo.

Mujer sabia. 

 

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